Alerta por el cierre en Salta de una sucursal de Tarjeta Naranja

Tarjeta Naranja, que durante años fue considerada uno de los mejores lugares para trabajar, ha comenzado a reducir personal luego de su adquisición de Tarjeta Nevada en 2018. Desde entonces, los despidos y cierres de sucursales se han vuelto cada vez más frecuentes, mientras la empresa apuesta fuertemente por servicios virtuales y abandona la atención presencial.

Esta tendencia no solo se siente en Salta, donde recientemente cerró una sucursal en Tartagal y despidió a más de 50 empleados, sino que despierta preocupación también en Tucumán. Allí, Naranja mantiene varias oficinas físicas —por ejemplo en la calle Congreso, en Muñecas 330 y en Crisóstomo Álvarez 551. 

El cierre en Salta, que comenzó a partir del 14 de noviembre con el desmantelamiento del local, podría ser una señal de lo que más sucursales podrían enfrentar en otras provincias, como Tucumán, si la estrategia de digitalización se profundiza aún más.

Una de las trabajadoras despedidas en Salta, con 22 años de antigüedad, describió el momento con dolor emocional y económico: “De un día para el otro cierran, nos dejan una carta de despido a un mes de las fiestas, sin liquidarnos. Tenemos hijos, cuentas que pagar. Nuestro gremio no apareció”. El contraste con las sucursales tucumanas, que aún operan de forma presencial, sugiere que podría estar en juego un recorte similar si Naranja continúa avanzando en su transformación digital.