Bajo un velo de profunda tristeza, Catamarca despide a Florencia Bazán, una kinesióloga de apenas 33 años, quien ha partido de manera prematura, dejando un vacío inmenso y un dolor que se extiende sobre la comunidad.
​La joven, cuya vida se truncó a causa de un ACV isquémico, era un faro de calidez humana y dedicación en el Centro de Kinesiología Deportiva José Oviedo. Quienes la conocieron la describen con una ternura honda, recordando el compromiso que ponía en cada sesión, un cariño que iba más allá del deber profesional.
Desde la institución, el adiós se reflejó con profundo pesar en las redes, evocándola "con aprecio y cariño" y resaltando el hueco que su ausencia deja entre camillas y terapias.
No solo era la profesional abnegada; era también la alegría en la cancha, una apasionada jugadora de fútbol femenino cuya energía contagiaba a quienes la rodeaban.
Su vocación, su sonrisa y su inmensa calidad humana han sido la constante en los emotivos mensajes de sus allegados. Es velada hasta las 09:30hs del Jueves, en la sala San Isidro Labrador, sobre calle Eusebio Ruso, en el Dpto. Valle Viejo.