Guardar celulares antiguos en casa puede parecer un acto inocuo, incluso nostálgico, pero la realidad indica que estos dispositivos representan un riesgo creciente de incendios domésticos. La causa principal son las baterías de litio deterioradas, cuya exposición a condiciones adversas, como humedad o temperaturas extremas, puede generar fugas, cortocircuitos o explosiones.
En países como Alemania, este problema ha cobrado relevancia en los últimos años. Según datos del Instituto de Investigación Social (IFS) recogidos por el medio T3N, en 2023 se registraron más de 500 incidentes relacionados con baterías de litio en desuso. Aunque muchos consideran estos dispositivos como objetos olvidados, la experiencia europea demuestra que la acumulación sin control puede acarrear consecuencias graves.
El auge del coleccionismo de celulares antiguos ha coincidido con una falta de conciencia sobre los riesgos que implica conservar estos aparatos fuera de uso. La Agencia Federal del Medio Ambiente de Alemania advierte sobre la importancia de informarse al adquirir un dispositivo, especialmente respecto a la posibilidad y costo de sustituir la batería en un servicio autorizado. Además, recomienda cargar los teléfonos a temperatura ambiente, preferiblemente apagados, y desconectarlos al alcanzar la carga completa.
Una encuesta realizada en abril de 2025 reveló que en Alemania existen cerca de 195 millones de celulares sin uso, lo que equivale a que casi el 89% de la población adulta conserva al menos uno en casa. Esta cifra ilustra por qué las alertas sobre la seguridad de estos dispositivos cobran relevancia: el riesgo de incidentes domésticos aumenta cuando los teléfonos no se revisan periódicamente o se almacenan de manera inadecuada.
Cómo prevenir accidentes y darle nueva vida a tus celulares
La gestión responsable de los teléfonos antiguos es esencial para reducir riesgos. Antes de almacenar un dispositivo, los expertos recomiendan retirar la batería si es posible, ya que esto minimiza el riesgo de fugas o explosiones por degradación interna. Las baterías extraídas deben entregarse a centros de reciclaje especializados, donde el personal capacitado se encarga de tratar los residuos peligrosos de manera segura.
Los dispositivos que permanecen en casa deben resguardarse en lugares secos y ventilados, lejos de radiadores, sistemas de calefacción, luz solar directa o superficies inflamables. También se aconseja no amontonar varios teléfonos juntos, ya que el contacto entre baterías dañadas puede incrementar la probabilidad de cortocircuitos. La revisión periódica es clave: buscar signos de hinchazón, manchas o corrosión permite detectar un posible problema antes de que se agrave.
Existen alternativas para dar nueva vida a los celulares antiguos, evitando su acumulación y reduciendo el riesgo de accidentes. Los programas de canjes, recompra o intercambio, ofrecidos por fabricantes y operadores, permiten entregar el dispositivo antiguo a cambio de descuentos o incentivos en la adquisición de uno nuevo. Otra opción es la donación a organizaciones benéficas, que reciclan los dispositivos en buen estado para fines educativos o de comunicación en comunidades vulnerables.
Para los teléfonos que ya no funcionan, el reciclaje especializado es la vía más segura. Los puntos de recolección se encargan de separar y procesar los materiales de manera ambientalmente responsable, evitando daños tanto para el hogar como para el entorno. Estas prácticas, además de mitigar el impacto ambiental, ayudan a disminuir la acumulación doméstica y los riesgos relacionados con baterías deterioradas.
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