Leigh Cobb, una mujer de 53 años de Worcestershire, decidió compartir su historia para alertar sobre los riesgos de las cirugías estéticas rápidas y sin controles. Su experiencia con un “lifting express” terminó en pesadilla: le quedaron agujeros en la cara y debió pasar por varias intervenciones para recuperar su aspecto.
El “lifting de hilos” que terminó en desastre
Todo comenzó en 2015, cuando Leigh buscaba una solución rápida para las arrugas y la flacidez de su piel. En una clínica de Polonia le ofrecieron un “lifting de hilos”, conocido como el “lifting de la hora del almuerzo”, porque promete resultados en solo 15 minutos.
El año pasado, sintiéndose incómoda con su apariencia, investigó un lifting de la parte inferior del rostro y el cuello.
La intervención costó £1.200 (1600 dólares) y le aseguraron que la dejaría “años más joven”. Sin embargo, al sacarse las vendas, Leigh se encontró con grandes agujeros en sus mejillas. “Me dijeron que era normal y que se iba a acomodar en una semana, pero no fue así”, relató.
De regreso en el Reino Unido, descubrió que el cirujano que la atendió solo tenía una semana de entrenamiento en ese procedimiento. Desesperada, consultó a otro especialista en Derby, quien le recomendó una cirugía láser para reparar el daño, con un costo de £2.000 (US$2671).
Viajó a Polonia para hacerse un lifting facial y de cuello, que le costó 13.000 libras menos de lo que le hubiera costado en el Reino Unido.
El largo camino para recuperarse
Aterrada ante la idea de otra operación, Leigh optó por tratamientos menos invasivos: usó crema de vitamina E y masajes diarios para ayudar a que los hilos se disolvieran. Recién después de dos meses, las heridas empezaron a cerrar.
Lejos de abandonar su búsqueda por verse mejor, Leigh APOSTÓ por la cirugía, pero con más precaución. “Después de esa experiencia horrible, juré no hacerme más procedimientos por impulso. Ahora siempre investigo bien antes de decidir”, aseguró.
Aterrorizada por otra cirugía, decidió probar una crema de vitamina E y un masaje diario para ayudar a que los hilos se disolvieran.
Una vida marcada por las cirugías estéticas
Leigh no es ajena al quirófano. Su primera cirugía fue una liposucción a los 29 años. Luego, a los 35, se hizo una blefaroplastia (cirugía de párpados) en el Reino Unido por £3.500 (US$4674). Más tarde, probó con láser Fraxel para rejuvenecer la piel, y hasta se hizo un lifting de senos en Costa Rica por £3.000 (US$4007).
El año pasado, sintiéndose incómoda con su cuello, investigó durante meses hasta encontrar una cirujana en Polonia para realizarse un lifting de cara y cuello. “Me fijé en los testimonios y en las fotos de su trabajo. La prolijidad de sus puntos fue clave para elegirla”, contó. Además, el precio era £13.000 (US$17.364) más barato que en el Reino Unido.
“Hoy me siento y me veo increíble”
Tras la última operación, Leigh dice que recuperó la confianza y hasta recibe piropos de hombres mucho más jóvenes. “Me dicen que parezco de 30 y me encanta la reacción de la gente cuando les digo que tengo 53”, confesó.
Sin embargo, su historia es una advertencia: “Aprendí a no confiar en amateurs. No hay nada de malo en cuidar la apariencia, pero hay que hacerlo con seguridad y sin apuro”.
Leigh Cobb ha renunciado a los tratamientos rápidos antienvejecimiento después de pasar por un lifting facial de pesadilla.
Los riesgos de los tratamientos express
Leigh es crítica con los procedimientos rápidos como el Botox y los rellenos. “Prefiero una cirugía que dura 10 años antes que inyectarme algo extraño cada pocos meses. Además, quiero poder gesticular y no verme falsa”, explicó.
Advirtió sobre los peligros de estos tratamientos en manos inexpertas: “Congelar un músculo tanto tiempo debe afectar su funcionamiento. Hay muchas clínicas truchas y gente sin capacitación aplicando Botox. Es muy peligroso”.
Esto pasó después de que un lifting con hilos "fallido" le dejara agujeros enormes en la cara.
Consejos antes y después de un tratamiento estético
- Antes de cualquier procedimiento, consultar siempre con un profesional calificado y con experiencia.
- Informar sobre medicamentos, suplementos y condiciones médicas.
- Evitar alcohol y medicamentos anticoagulantes antes y después del tratamiento.
- No usar maquillaje ni productos exfoliantes el día del procedimiento.
- Después del tratamiento, no tocar ni frotar la zona, evitar el ejercicio intenso y el calor, y mantenerse en posición erguida por varias horas.
Leigh pagó £1,500 por el procedimiento de 15 minutos en 2015.
Leigh concluyó: “No hay que dejarse llevar por la moda ni por la rapidez. La seguridad y la investigación previa son fundamentales para evitar terminar con secuelas graves”. TN