Desde hace tiempo atrás que el personal y la familia Policial viene destellando pequeñas señales que al parecer las autoridades provinciales se niegan a decodificar o simplemente las subestiman. Y estás pequeñas señales vienen sumando fuerzas e incluso nos asustan en pensar en los sucesos nacionales ocurridos en el año 2013. El valor adquisitivo que viene perdiendo la administración pública en general por las malas políticas económicas nacionales de las últimas décadas, pero los bajos ingresos de la policía de Catamarca en particular son los detonantes de los sucesos que la sociedad percibe en estos días. Y es que también la sociedad desconoce que el personal policial está cansado. Cansado de la mala paga por los servicios brindados, de trabajar horarios nocturnos, días festivos y fines de semana, arriesgar su integridad física y legal por los sueldos más bajos de la administración pública. Cansado de asignar una partida de sus ingresos para costear uniformes y municiones, entre otros elementos de trabajo. Que ilusos fuimos en pensar que al cumplirse el bicentenario de nuestra institución desfilariamos exhibiendo uniformes nuevos, pensar que las autoridades e invitados de otras regiones del país se llevaron la mejor imagen y dejaron sus felicitaciones, que hubiese pasado si cada efectivo acudía con la muda del la última entrega, que si mal no recuerdo fue antes de la pandemia. Pensar que en muchas ocasiones debemos elegir entre comprar una prenda de uniforme o vestir a nuestros hijos, la respuesta es obvia. Cómo Oficial Jefe no podria exigir, muchos menos reprender a un Subalterno por usar otras prendas, ya que no solo conozco su situación sino que además la vivo. Resulta que hoy con 700 prendas que lo hacían guardadas en los depósitos de logistica pretenden descomprimir la demanda de más de 4000 efectivos, será por sorteo?... quien sabe. Hace tiempo ademas percibo en mis subalterno ese murmuro respecto a sus ingresos, y como reprimir esa queja si también la padezco. Tenemos consciencia de que nuestra función debería atender exclusivamente las estrategias pendientes a contrarrestar los delitos, pero con un sueldo que ni siquiera supera la canasta básica nuestras cabezas se avocan a resolver otras inquietudes tales como darle una solución habitacional a nuestros hijos, como vestirlos o alimentarlos. Esa dedicación exclusiva, ya no es tal, por que conozco en mis efectivos que en sus horas de franco realizan alguna changuita para poder sobrevivir, veo que algunos hacen trabajos de albañilería, otros se suben a manejar un remis o taxi, y el resto a realizar servicios adicionales. Cómo no saberlo si cuando se ordena un recargo de servicio para algún partido de fútbol o evento masivo, y al notificarlos me hacen saber que están haciendo un "trabajito", o cubriendo algún objetivo adicional para llegar a fin de mes, y por supuesto que esa carga laboral influye en el servicio ordinario. Se escuchó por ahí que el gobierno pretende dar un parche de 90 mil pesos a cobrar por única vez en Febrero, como dijeron, pan para hoy, hambre para mañana. Cómo todos, nos mantenemos en anonimato para evitar las persecuciones; y me viene a la memoria cuando el Vicegobernador Dusso en el aniversario de la Policía de Catamarca (quien más allá de felicitar sacó de contexto el acto para soltar ponsoña sobre los 40 años de democracia y el rol de las fuerzas de seguridad en la época de Gobierno Militar), es esa misma democracia la que nos debiera dar la madurez suficiente para poder escuchar los reclamos Policiales sin merecer castigo alguno. Hoy a 10 años de la rebelión parece que no se corrigió nada, por que hoy se repiten los mismos síntomas que ese caluroso 6 de diciembre de 2013 puso en vilo a la sociedad Catamarqueña.