06/08/2021 |
Su nombre es Edgardo, quien hace pocos días padeció la enfermedad del coronavirus. Estuvo aislado en su casa, con síntomas menores, pero luego debió ser internado.
La pasó mal, pero ninguna dolencia física relacionada con tal enfermedad, fue tan tremenda para él como el haber sufrido la muerte, también por COVID, de su madre, su esposa y un hermano.
Una tremenda desgracia para Edgardo, causada por esta maldita pandemia.
Vive en San Antonio, Fray Mamerto Esquiú, hace 14 años y narra lo que le toco pasar:
“Cuando mi señora dio positivo al COVID, hice a posteriori varios llamados al COE de Fray Mamerto Esquiú pero en ningún momento me atendieron.”
“Su estado era cada vez peor. En tanto, yo estaba con el resto de mi familia aislado en mi casa.”
“Yo tenía otra familia en Villa Dolores aislada. No teníamos recursos ni donde salir.”
“Llamé al COE y no atendían, les decía que necesitábamos la visita de un doctor, pero me decían que no había”.
“Llamé al Hospital de Piedra Blanca. Me atendieron muy bien y mandaron una ambulancia para revisar a los que estábamos aislados. Yo había comenzado a sentirme peor. Me hicieron el hisopado y me dio positivo.”
“Luego trajeron a mi esposa, para estar aislada con nuestra familia, pero a las pocas horas se sintió mal. Era un día domingo, cuando se desvaneció en mi casa”.
“La trasladaron al Hospital. Luego me comencé a sentir yo muy mal. Pedí una ambulancia, pero nunca vino.”
“Al otro día, mi hermano pidió una ambulancia al Hospital de Villa Dolores, vinieron a buscarme y me llevaron al Hospital San Juan Bautista, donde quedé internado con Neumonía” ”
“Después ocurrió algo increíble. A mí me llamaron para darme de alta cuando estaba con oxígeno en el Hospital San Juan Bautista.”
O sea, lo llamaron para darle el alta cuando todavía estaba internado, y para nada curado…
“Y a mi señora, la llamaron también para darle el alta, cuando, también estaba internada y grave”.
“Mi señora falleció el 16 de julio. Mi hija me avisó. Yo me quería ir del Hospital. En dicho Hospital me trataron muy bien. Me contuvieron. Se imaginan como estaba yo”
“Me trataron de maravillas, el médico, el psicólogo, los enfermeros, me bancaron toda la angustia y la desesperación que se apoderó de mi”. Y como si fuera poco, a los pocos días falleció la madre de Edgardo, y algo más adelante, en el Malbrán, su hermano”
El epilogo de un capítulo más de esta maldita enfermedad, que para algunos, todavía, es una gripecita, hasta el día en que viven lo que vivió Edgardo.
Él pudo salir de la enfermedad y ahora sí recibió el alta real, y puede contar, aunque con mucho dolor todas estas cosas. Solo él sabe que se siente.
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