Nos suele ocurrir que estamos buscando algo, sean los anteojos, las llaves, o algo en la heladera que vimos minutos atrás, o cualquier cosa y luego no lo encontramos. Esto al parecer tiene una explicación científica.
Esta investigación se llevó a cabo por el Instituto Salk, en La Jolla, California, y la publicaron a través de un estudio en la revista Nature, en donde detallaron que esto podría deberse debido a las llamadas “ondas cerebrales viajeras”. Muchas veces las cosas están en el mismo lugar que las dejamos o incluso en un lugar que pasamos miles de veces.