Los vaivenes que va teniendo esta pandemia, que no solo ocurre en Catamarca, sino en el país y en el mundo, a veces alientan a quienes esperan lo peor y a veces desconciertan.
Lo cierto es, que de acuerdo a lo ocurrido en los últimos días, se notó una importante disminución de casos, pasando de los 500 o 600 que había a, por ejemplo el último domingo 252 casos positivos y el sábado 355.
Y para completar, las cifras de contagios registrada, este último lunes 21 de junio, fue de 198 casos.
Fue la menor cantidad de casos desde que se dió el salto a mediados de mayo.
Y los 252 casos del Domingo 20 de junio, se convirtieron en la cifra más baja de los últimos 40 días, y con ellos la última semana también se convirtió en la de menor cantidad de casos desde la suba exponencial de mediados del mes pasado.
Eso es lo bueno. Pero… ¿Qué pasa con lo malo?. Dos cosas: la primera. Es que, el peor aspecto de la pandemia, o sea la mortalidad, sigue siendo muy alta.
Tomemos nuevamente como ejemplo los últimos tres días y tenemos 8 muertes el último sábado, 19 de junio (entre ellas una mujer de solamente 23 años, que dejo una niña, que ahora está al cuidado de su madrina, y la abuela de la chiquita está internada, también con coronavirus.
El domingo también murieron 8 personas, entre las cuales había un hombre de solamente 26 años.
Por último, este pasado lunes 21, hubo 7 muertes.
23 muertes en tres días y nos parece sumamente grave.
La cantidad de muertos hasta la fecha es de 387. Y sabemos que los muertos no son un número, ¡Por dios, aunque fuesen unos pocos, son vidas humanas, son catamarqueños y muchas familias hoy estan de duelo, muchos niños quedaron sin padre o sin abuelo, o muchos padres se quedaron sin hijos, o sin hermanos, en fin, no se puede tomar esto la ligera.
También fue la última semana con mayor cantidad de personas fallecidas: junio ya superó en cantidad de muertes al mes anterior.
Recordamos la frase que pronunció un encargado del crematorio, cuando dijo “duele mucho ver llorar a los jóvenes que les piden perdón a sus padres, por haberlos contagiado, luego de participar de una fiesta…”
Ese es el otro lado, el muy malo, el que no tiene solución.
Otro aspecto malo es que la ocupación de las camas llega al 95,8 %. La ocupación de las mismas no cede.
En cuanto al tercer aspecto que mencionábamos en el título, las contramarchas, es más de lo mismo. Y nos preguntamos, si ya estaba todo establecido, que podían juntarse los miembros íntimos de la familia, o sea el padre y sus hijos, ¿por qué el Gobernador decretó luego, casi sobre la hora, como es su estilo, que podían reunirse 10 personas?. Todos sabemos que de 10 a 12 o 15 hay un paso.
Desde Salud, “imploraban” que las familias, en grupo reducido, se cuiden con distanciamiento, con barbijo, con ventilación, porque las nuevas cepas subsisten más tiempo en el aire y en lugares cerrados se transmiten mucho mejor, por lo cual hay que tener los ambientes ventilados, y con el frío que ha venido haciendo (llegado a mínimas de 0 grado), no es tolerable tener todo ventilado, y para colmo en el Decreto nuevo se permite la reunión de 10 personas.
El personal de salud sufre, porque ellos reciben a los nuevos pacientes.
Ojalá no ocurra, pero estas reuniones pueden producir en pocos días, un aumento de casos y de muertes.
Como ocurrió en el Día del Trabajador. Y la decisión, se sabe, no la tomó el COE Salud, el Decreto es de Gobernación. Marcha y contramarcha. Después le echamos la culpa a la gente, y sí, hay muchos irresponsables, lo sabemos, el fin de semana hubo muchas fiestas clandestinas, pero las disposiciones sorpresivas y a contramarcha, ya son un “clásico” lamentable…