12/05/2021 |
Que la Justicia está cuestionada, por diversos motivos, a nivel nacional y a nivel de nuestra provincia, no es ninguna novedad, y muchos miembros de ese poder, invirtiendo los papeles, han llegado al banquillo de los acusados e inclusive, han sido sentenciados.
Por supuesto que hay excelentes Fiscales, Jueces y abogados, pero son seres humanos, y a veces dejan mucho que desear.
Sin pretender usar el dedo acusatorio sobre determinados integrantes de la Justicia, podemos sí, analizar determinados hechos, y preguntarnos si realmente, son hechos “justos”.
El Juez de Garantías Ramón Porfirio Acuña, en Audiencia de Control de Detención, fijó el pago de una fianza de 30.000 pesos, para que tres sujetos, todos comprobados estafadores, y los nombramos para que en lo posible, no seamos víctimas de ellos, de apellidos Aballay, Barrientos y Heredia.
Barrientos, ex empleado del Hotel Casino de esta Capital, se valía de la confianza de los clientes, que pagaban con tarjetas de crédito, para hacer determinados trámites, y les tomaba fotos de ambas caras de las tarjetas, y luego se las pasaba a la mujer de apellido Aballay, y también a Heredia, quienes realizaban compras de electrodomésticos, Play Station, botines, pagaban el alquiler, servicios, y hasta pidieron un delibery de mariscos.
La compra de mariscos con una de las tarjetas, (parte de una cena más completa), fue uno de los datos clave para descubrir la estafa, porque a una clienta de los estafadores le figuró el gasto de dicha cena, que superaba los 7.000 pesos, en su resumen de cuenta.
Hizo la denuncia, y el Dr. Alejandro Gober, a cargo de la División de ciberdelitos de la Policía de la provincia, ordenó la investigación y el allanamiento y se dan conque los nombrados sujetos llevaban a cabo tales maniobras.
El Fiscal entendía que había peligrosidad procesal de que tales estafadores continúen en libertad, porque puede llegar a entorpecer la causa, el hecho de tener contacto con los testigos, u otras personas.
No lo ha entendido así el Juez de Garantías, e hizo lugar a lo solicitado por los abogados defensores, juntaron los 30.000 pesos, y quedaron en libertad.
Los imputados habían realizado estafas a varias personas, por un monto de 200.000 pesos.
Quedaron ligados a la causa, obviamente, los comprobados estafadores, pero pasaron a formar parte, nuevamente, de la legión de personas comunes y sin causas judiciales, como los más buenos.
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